Según una ley reciente, a partir del año 2017 aquellas personas que vivan en un inmueble con calefacción central a base de gas deberán pagar por la energía que consuman y no por su porcentaje de participación. Esta medida apunta especialmente a la eficiencia energética y a intentar equiparar los pagos por la calefacción para hacerlos más justos.

Es sabido que los sistemas de calefacción central no solo provocan un derroche muy importante de energía sino que además no siempre llegan a brindar la ambientación y la temperatura deseada en los hogares de la gente. Es por eso que el Parlamento Europeo en el 2012 dictó una normativa obligando a que todos los edificios que cuenten con climatización central deberán contar con medidores y contadores individuales de consumo.

La normativa y modificaciones en los inmuebles

Con la finalidad de respetar un poco más la eficiencia energética y además transformar el consumo y el pago por la climatización en algo un poco más justo para todos los propietarios e inquilinos, se creo esta nueva medida que indica que los edificios con calefacción central deberán tener contadores de consumo individuales, siendo obligatorios a partir del 2017.

Como consecuencia de todo esto, para el día 31 de Diciembre de 2016 más de 1,7 millones de inmuebles españoles con este tipo de sistema de climatización deberán modificar sus instalaciones y ajustarlas a las nuevas normativas del país en cuanto a calefacción central. Caso contrario, se han establecido duras sanciones que rondan aproximadamente los 10.000 euros para quienes no cumplan con lo dictaminado. Además, el Estado también ha autorizado que se les aplique el máximo consumo posible a aquellos clientes y usuarios que no acaten las normas.

¿Cuánto cuestan todos estos cambios?

Lo que más suele preocupar a la gente que utiliza calefacción centralizada en sus hogares tiene que ver con el coste económico que podría llegar a tener esta nueva normativa y cómo todo esto impactará en sus bolsillos. Lo cierto es que los medidores individuales tienen un coste bastante elevado, y se especula con que cada vivienda deberá desembolsar entre 700 y 1000 euros para realizar los cambios.

Este dinero mencionado equivale aproximadamente al pago de un año de calefacción para pisos regulares, por lo que es lógico que muchas personas se encuentren un poco consternadas por esta cuestión. De todas maneras, no todo son malas noticias: en teoría, si todo se realiza según las reglas y se cumple con toda la normativa las personas deberían poder ahorrar entre un 20% y un 30% con el nuevo sistema de medición. Teniendo en cuenta esto, se recuperaría lo que se invirtió en un par de años y luego todo serían beneficios. Veremos como va a afectando todo esto poco a poco a las comunidades y si se comienzan a realizar los cambios con las nuevas instalaciones.

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